Amigos, verano, zoo... Creo que es la combinación perfecta para todo niño, o por lo menos para los tres míos lo fue ayer.
Aprovechando el horario extendido de verano del Zoo, cogimos las mochilas, nos enfundamos zapatos cómodos, preparamos unos sandwiches y nos fuimos a pasar la tarde viendo a los animalitos.
¿Que tendrá que les gusta tanto? Bueno, es una pregunta retórica, por que en realidad se bien la respuesta:
-Pueden ver en vivo a prácticamente todos los animales que ven en libros o en la televisión.
-Pueden comer tipo picnic.
-Pueden incluso tocar y hacerse fotos con alguno de ellos.
-Pueden disfrutar de ver los espectáculos preparados.
Y creo que podría seguir enumerando más razones por las que les encanta a mis retoños pasar el día (o en el caso de ayer la tarde-noche ) en el zoo.
El pequeño saludo y llamó a gritos a casi todos los animales y disfruto con los espectáculos que tuvimos tiempo de ver,aunque también es cierto que el de los delfines de la noche no le enganchó y acabo en su sillita de paseo tumbado y preparándose para dormir. La mediana disfrutó, a su manera, con los espectáculos y los granizados y la mayor, como estaba con amigos se sentía "muy mayor" ya que andaban ellos solos, se hicieron la foto con la serpiente y podían ir un poco a su aire aunque sin que les quitáramos el ojo de encima.
En resumen, grandes y pequeños lo pasamos bien y además el tiempo nos acompaño ya que disfrutamos de una tarde nublada y con airecillo.
Habrá que ver en que fase de la pre adolescencia se encuentra la mayor, os informaré...!
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